Hay numerosas enfermedades del corazón que tienen diferente origen, gravedad y tratamiento. Por ello,no todos los enfermos del corazón tienen los mismos problemas y riesgos y no requieren los mismos cuidados y atenciones. Su médico le explicará los aspectos específicos de su enfermedad.
Control de los factores de riesgo: Todo enfermo del corazón debe dejar de fumar de manera absoluta y definitiva. Los niveles de tensión arterial y de colesterol deben ser medidos periódicamente. Las personas que, pese a cumplir las medidas dietéticas recomendadas tienen valores elevados de colesterol o de tensión arterial, deben recibir tratamiento farmacológico para su control. Los diabéticos deben extremar el control de los niveles de glucosa en sangre.
Dieta: En términos generales la dieta debe ser “sosa” y pobre en colesterol. Para ello debe cocinarse con poca sal, evitando los alimentos que la contienen (el más común, el pan) y retirando el salero de la mesa. Deben evitarse los alimentos ricos en colesterol (huevos, leche y lácteos no desnatados, vísceras, embutidos, carnes grasas, productos de pastelería, salsas…). Por el contrario, se recomienda una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y pescado (sobre todo azul como sardinas, boquerones, caballa…) cocinada con aceite de oliva. El alcohol, en general, debe evitarse.
Actividad laboral: La mayoría de los pacientes cardiópatas, dependiendo de la gravedad de la enfermedad y del tipo de trabajo, pueden reincorporarse a su actividad laboral pasado un tiempo de recuperación tras haber sufrido un problema agudo. Su cardiólogo será el más indicado para orientarle en este aspecto.
Actividad física: La actividad física moderada es muy saludable para su corazón. Es recomendable evitar el sedentarismo, realizando todos los días (y si es imposible, al menos 4 días en semana) algún tipo de ejercicio físico durante un mínimo de 30-60 minutos. Los más recomendados son caminar a buen paso, la natación y la bicicleta (estática o en llano). No se recomienda, sin embargo, realizar esfuerzos muy intensos o durante un período muy prolongado, los deportes competitivos o extenuantes (squash, levantamientos de pesas…).
Actividad sexual: Fuera de los períodos de recaída o convalecencia, la mayoría de los enfermos cardíacos pueden mantener con seguridad relaciones sexuales satisfactorias, ya que no exigen un trabajo excesivo al corazón.
Medicación: Es muy importante que tome toda la medicación que se le haya indicado, respetando las dosis y el momento de tomarla. Los pacientes que sufren angina de pecho o infarto siempre deben llevar consigo nitroglicerina, ya sea en pastillas (que hay que renovar cada 6 meses) o en spray.
Vacunas: Se recomienda a todos los enfermos del corazón que se vacunen anualmente contra la gripe.
Control médico: El enfermo cardiópata debe mantener un estrecho contacto con su médico de cabecera, que le seguirá “de cerca”, controlando su evolución, la respuesta al tratamiento y las dudas que tenga. Planeará sus revisiones y coordinará las revisiones con el especialista. La evolución de su enfermedad debe estar supervisada periódicamente por un cardiólogo, al que también podrá consultar sus dudas.
0 comentarios